SETI es el acrónimo de Search for Extra Terrestrial Intelligence (búsqueda de inteligencia extraterrestre). Desde los años 70 coexisten numerosos proyectos SETI tratando de contactar con extraterrestres. Hasta ahora nada.
La paradoja de Fermi es la aparente contradicción que hay entre las estimaciones que afirman que hay una alta probabilidad de que existan otras civilizaciones inteligentes en el universo observable y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones.
Por supuesto, nos hemos lanzado a buscar una explicación a esta paradoja. Podría ser que nosotras, la Humanidad, seamos la primera civilización avanzada de las muchas que estar por llegar. Podría ser… Mucha casualidad. O que la inestabilidad del Universo a largo plazo provoca destrucciones masivas periódicamente liquidando grandes periodos de estabilidad necesarios para el desarrollo de civilizaciones. Se han dado decenas de posibles explicaciones…
Pero a mí hay algo que me chirría… No somos capaces de hablar con las ballenas.
Vale, parece que no está muy ligado, pero son seres inteligentes con un lenguaje complejo, que tenemos aquí cerca, que podemos seguir… y no podemos hablar con ellas. Hemos tenido el tiempo y los medios para hacerlo, pero no podemos hablar con ellas. Ni con los delfines ni las orcas. Con ninguna cetácea.
Con los primates tampoco. Hemos logrado que aprendan palabras de nuestro lenguaje y construyan pseudo-frases; pero nosotras entrar en su esquema lingüístico no.
Todo ello me lleva a una conclusión:
✶ ¿Cómo vamos a detectar señales extraterrestres si buscamos señales de inteligencia humana? ¿No somos capaces de entender una inteligencia (teóricamente) inferior y cómo esa inteligencia les lleva a construir mensajes y pretendemos ser capaces de detectar una señal de inteligencia extraterrestre? Quizás nos hemos flipado demasiado con nuestra inteligencia y tenemos un velo en los ojos que nos impide ver lo evidente.
Quizás haya otras formas de inteligencia evolucionada y autoconsciente que tengan un «tempo» muy diferente al nuestro. Que un saludo dure 2 años o la narración de su historia completa 4 microsegundos. Que usen microdimensiones enrolladas o la gravedad como medio de comunicación o que no tengan una estructura lingüística economicista porque los retos de su entorno son muy diferentes a los nuestros. Se me ocurren mil barreras que no seremos capaces de superar en mucho tiempo. Pero la primera barrera de todas es tratar de descubrir la estructura lingüística de los cetáceos para determinar si existe un patrón similar al humano o es algo completamente diferente, lo que nos ayudaría a abrir los ojos a formatos de comunicación diferentes a los que esperamos hoy en día.
No sé, me parece evidente.
El problema es que el estudio del lenguaje de las ballenas (que sí lo hay y abundante) está enfocado desde nuestra antropocéntrica superioridad intelectual y no desde el intento de establecer una canal de comunicación. Basta leer la displicencia con que despachan los cánticos de intención sexual, como si las conversaciones humanas para llevar al catre no contuvieran información más allá de la intención evidente del apareamiento.
Creo que a nuestra Ciencia le faltan humildad y perspectiva.