Siempre creí que todo sería diferente algún día.
Siempre estuve esperando ese hecho que lo cambiaría todo.
Sin buscarlo. Tenía que ser mágico…
Y así, estúpidamente, sin sufrir pero sin ser feliz, he malgastado mi vida.
Cómoda y fácil; no voy a engañaros. Pero vacía.
No he realizado ninguno de mis sueños.
Y lo que es peor de todo es que podría haberlos cumplido.
Dejé pasar muchos momentos mágicos.
Momentos que no vi que eran mágicos.
Personas que entraron y salieron de mi vida.
Viajes que sólo fueron viajes.
Ofertas de trabajo rechazadas.
Empresas fracasadas por falta de fe.
Lugares donde sólo estuve.
Oportunidades truncadas por esperar otro momento.
El Momento.
Ese momento que siempre está a punto de llegar.
Ese momento que, cuando pasa, debe esperar al siguiente momento.
Y así siempre de momento a momento.
Mañana. Será mañana. Siempre mañana.
Pero todo sigue igual…
Y así, esperando, me consumo en batallas perdidas y recuerdos de lo que pudo haber sido.
Una y otra vez las mismas discusiones.
Distintas personas.
Las mismas peleas.
Los mismos gritos.
Los mismos insultos.
Las mismas lágrimas.
El mismo drama.
Distintos ojos.
Mis ojos cuando no soy yo.
Observando con asco mi propia versión teatral.
Escuchando mis argumentos en la distancia.
Deja una respuesta