Los ideales desfasados de un pijo ácrata

Duro inconformista sin civilizar: ven a nuestros brazos, déjate domar. Si eres joven y rebelde CocaCola te comprende.

La técnica más habitual para desautorizar cualquier ideal es tacharlo de infantiloide. Yo mismo lo hago a menudo; soy un cínico, no puedo evitarlo.

Pero quiero que notes que he indicado ideales. Para desprestigiar otras ideas, que no ideales, se usan otras técnicas. Los seres humanos tenemos muy refinado el arte del desprestigio. Es la forma más sencilla de evitar el debate, la crítica, la argumentación…

Así que hoy, porque me sale de los cojones y me parece un reto interesante, me voy a enredar en la defensa de un ideal indefendible. Un estúpido ideal que, por lo demás, es el que suscribo.

Ni siquiera os diré a qué ideal me refiero (aunque la imagen de arriba puede daros una idea exacta de lo que estamos hablando)

Por cierto, la frase de la entrada es de Así es la vida. 1990. La Polla Records. Yo no escuchaba tecno. Ahora resulta que todo el mundo era y es supercool.

No, no voy de punk. Yo soy un pijo ácrata (qué bonito insulto; estos del pp son imbéciles). A mí me gusta vivir bien. Me gusta tomarme un buen vino con quesos y fruta en la terraza de mi casa en las tardes de primavera, acompañado por mi familia, mi gente y mis gatos. Me gusta viajar. Me gustan muchas cosas que cuestan dinero. Y otras muchas que no cuestan nada. Me gusta que las pocas cosas que poseo (me arruiné perdiéndolo casi todo) gracias a mi trabajo sean respetadas. Soy respetuoso con todo el mundo. Reciclo. Trato de comprar de forma responsable…

No sé, no me veo como el arquetipo de radical antisistema. Bueno, arquetipo en el sentido que le damos ahora a los arquetipos que creamos en unos pocos años de bombardeo mediático. Pero lo soy. No me gusta este sistema. Me parece vomitivo. ¿Que es el mejor que tenemos? Sí, pero ello no significa que no pueda mejorarse. Y mucho. Por eso la excusa de que no tenemos nada mejor me produce náuseas.

De entrada, no todas las democracias son iguales. Estados Unidos o Suiza tienen unos sistemas democráticos infinitamente más participativos que el nuestro. La mayoría de los ciudadanos estadounidenses pueden incluso decidir qué partidas presupuestarias se sacan a concurso o quedan relegadas. Propuestas elevadas por el consistorio o por grupos de interés, incluídas agrupaciones ciudadanas. Otra cosa es el poder que tengan luego los lobbies.  Pero que es participativa es indudable. Al menos, infinitamente más que la nuestra.

Hay otras diferencias dentro de los sistemas democráticos. Algunos tienen listas abiertas (cualquier ciudadano puede presentarse) y otras van por partidos. Qué puedo decir a eso… Para Alfonso Guerra genera la corrupción total. ¡Qué cínico él!

Es indudable que la democracia es mejorable. También es indudable que no va estallar ninguna revolución. Al menos en las democracias occidentales. Si no ha estallado ya es que tenemos unas tragaderas que no veas… o que las alternativas nos parecen mucho peores. Asumamos que es así.

¿Pero hacia dónde debe ir esa mejora? Benjamin Tucker (en inglés) proponía un modelo anarcoindividualista; un modelo que, sin renunciar al mercado y la propiedad individual, tiende hacia un socialismo moderado.

Sí, robando. Todos. Desde las más altas esferas hasta el último mono con poder de decisión.

Yo creo en un estado. No como se entiende actualmente, sino que creo en la estructuración y organización de la voluntad de las personas para proteger a los individuos de abusos que puedan darse en los ajustes de los límites de las libertades individuales y colectivas. Y protegerlos desde unos principios universales que no necesitan ni de dioses ni de intérpretes de la moral universal. Un estado que genere innovación y lo revierta a la sociedad para que sea ésta la que evolucione por las interacciones de sus individuos. Creo en un estado que proteja a los débiles y necesitados. Que garantice la salud y la educación de todos los ciudadanos. Y punto.

Creo en la necesidad de tener 3 poderes diferenciados. Uno legislativo, otro ejecutivo y otro judicial. Pero poderes elegidos por los ciudadanos, no por unos tipejos que cada 4 años reclaman nuestra connivencia y se pasan el resto del tiempo robando. Sí, robando. Todos. Desde las más altas esferas hasta el último mono con poder de decisión.

Porque robar no es sólo meter dinero en la caja, es también enchufar a amiguetes incompetentes pagados entre todos. Es darle el contrato a la empresa de tu cuñado. Es tardar 2 horas en tomarte el café cuando te pago yo. Es trabajar al servicio de los bancos y de las multinacionales. Es defender a otros ladrones. Robar, no hurtar. Porque se hace con violencia contra las personas. Una violencia silente ejercida por todos los elementos del Estado, desde la policía hasta los fiscales al servicio del gobierno de turno. Bajo la amenaza de multas, de sanciones, de cárcel…

Peter Punk intenta en vano su amor explicar
en un playa desierta Campanilla lo dejó

Yo no creo en un Estado hipertrofiado que regule todos los aspectos de mi vida, desde lo que como hasta cómo tengo que expresar mis ideas dentro de los cauces legales… Porque permitir que se arroguen esa capacidad de regularlo te impide regularlo a tí. Y, un día, podría pasar que el gobierno que toque no defienda tus derechos. Podría pasar que estuviesen tan podridos que todas sus decisiones estuviesen supeditadas a los intereses de multinacionales y bancos, de fondos de inversión y de grupos de intereses espurios. Podría pasar ¿no? Podría pasar que todos estuviesen tan rellenos de mierda que nadie se atreviese a tirar de la manta. Y buscasen cortinas de humo para aumentar la conflictividad entre individuos y colectivos.

Podrían abrir debates extemporáneos para despistar y enfrentar. Podría ser el aborto, la independencia, los rescates bancarios, las amnistías fiscales, la legalización de las drogas, los inmigrantes, Europa o las descargas ilegales. Y mientras tanto, a robar. A manos llenas.

Cochazos y pisazos, pagados con nuestro dinero, bajo los culos de incompetentes manifiestos con carnet de partido o amiguetes de politicuchos de medio pelo. Dinero para gastar en putas, viajes y farlopa ganado con el sudor (es un decir en mi caso)  de nuestras frentes. Y así vamos.

Así que de estados, cuanto más ligeritos, mejor. Ese es mi camino.

Joder, qué radiKal que soy… Peter Punk.

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