Leed bien este tweet. Leedlo otra vez. Mirad al autor. Una excrecencia de ese nacionalismo que, sin embargo, está demasiado extendida. Como un cáncer. Un exponente de ese catalanismo disfrazado de izquierdista tolerante y abierto de mente. Y una polla. Ese insulto deja bien a las claras la ideología real del interfecto. Una basura humana.
Pues así cada día.
Creía que se habían ido. Pero sólo callaban. Ahora chillan.
Y esta chica, Anna Gabriel, se ha tenido que tragar unos cuantos de éstos por parte de esos que nos ofrecen una Patria Libre. Por parte de los que nos venden la otra patria se ha tenido que tragar también unos cuántos. Temas de belleza física y elegancia en el vestir: un debate intelectual a la altura de los tiempos y las circunstancias.
Lo peor de todo es que los que la insultan sí que la ven con el odio con que se mira a un traidor. El adoctrinamiento es lo que tiene… crea monstruos. ¿O nos creíamos que cantar Els Segadors con el brazo extendido en plan hitleriano con 4 dedos erectos ocultando el pulgar (para simbolizar las cuatro barras de la bandera catalana) era algo bonito que fomentaba la empatía solidaria?
Parece que todo el mundo está empeñado en silenciar a la Otra Catalunya. Una Catalunya de catalanes-catalanes que, sintiéndose catalanes como el que más, anteponen la consecución de objetivos más elevados a la obtención de una independencia que, de obtenerse como se está haciendo, sólo cambiaría los perros, no el canódromo. El poder seguiría en las mismas manos. La gran corrupción seguiría vendiendo la marca España o Catalunya en Andorra o Suiza.
Y los que creen que hay cosas más importantes son traidores a la patria, ese grandioso lugar donde seremos libres y felices. Nuestro Israel tras huir del yugo español. Y nuestro mesías. ¿No lo adoráis? ¿En ese becerro de trapo hay escrito justicia social? ¿No adoráis a vuestra gloriosa patria catalana?
Traidores…
LaVanguardia.com y TV3 son el medio ideal para estos individuos. Un periodismo light y supuestamente objetivo; siempre moderado y elegante. Aunque se suelten estupideces como las que nos sorprenden en los blogs de LV. Ni siquiera elijo uno en concreto. Deleitaos…
Pues cada vez son más.
O no son más.
Pero se posicionan mejor.
Y logran ocultar o silenciar su pasado.
Un pasado plagado de imbecilidades anti-españolas que les quita cualquier credibilidad o fuerza argumental. Unas quejas pueriles de niño rico y pijo.
Unas quejas que ocultan que hay otros catalanes que tienen otras necesidades más perentorias y terrenales. Más realistas. Más solidarias.
Catalanes, sí. Pero antes no necesitan odiar a otro para sentirse catalanes.
Su objetivo final no es la Patria Catalana; es la justicia social.
Y para los que tienen como objetivo final la Patria Catalana, eso es una traición.
Catalunya tiene que ser el objetivo sacrosanto de tu vida.
¿No lo es?
Traidor. Desagradecido. Miserable. Español. Qué pena…
Con lo que no contaban los nazilanes es que esos catalanes no se iban a amedrentar ante la tremenda responsabilidad de pasar a la Historia como padres de la patria catalana. Del Edén.
Quizás acuerden al final. La presión ha sido muy muy fuerte…
A su manera, hay que decir. A mucha gente, esa forma de presión social, le parecería una sandez. Pero en pueblos donde la cuestión catalana es un leitmotiv, esa presión, soportada muchas veces por chavales y chavalas, es fuerte. Quienes no conviven con un problema nacionalista quizás no entiendan esa presión de ser un traidor a la patria…
Pero cuidado, que esa presión sólo afecta a los catalanes catalanes. A mí no me afecta. Aunque esté integrado/aceptado en el colectivo nacionalista. Que me llamen traidor a la patria catalana, la española o la de suputamadre me la repampinfla. Yo soy leal a mi familia y mis amigos.
Pero para un catalán catalán, esa presión de traicionar a la patria, es una pesada losa.
Y no hablo sólo de la CUP.
Catalunya está llena de personas majísimas. Catalanes-catalanes y catalanes-ya-tu-sabes que convivimos perfectamente teniendo un mismo objetivo: ser felices. Sin importarnos en absoluto si somos catalanes-catalanes o catalanes-ya-tu-sabes o de Murcia.
Algunos querrían probar a través de una república catalana. Otros a través de otras vías, como la gente del entorno de Ada Colau. O de la malograda Unió. O del PSC incluso. (A IC-V la he metido con Ada). Pero todos juntos, sin necesidad de odiarnos, de buscar la confrontación. Tenemos preocupaciones más terrenales…
C’s y el PP defienden lo mismo que esos catalanes que odian, pero cambiando Catalunya por España. La misma cerrazón. Los mismos amos. Bueno, C’s ni eso. Empezó Albert Rivera con una imagen liberal y renovadora y acabó la campaña penosamente, pidiendo el final del partido antes de tiempo, incapaz de disimular su vacuidad e infiltración por parte de corruptos y sinvergüenzas variados. Penoso…
Lo que duele de verdad es darse cuenta de que esa supuesta mayoría social que reclama la Independencia, no es tal mayoría. Que hay otra Catalunya. Que no es la anti-Catalunya. Que es la Catalunya de en medio. La que se siente catalana, pero no a base de odiar a España.
Y si no hay odio, lo lógico es buscar una solución. Una solución porque, evidentemente, hay un problema.
Aunque no sea la mayoría de la población, ni mucho menos 2/3 de los y las catalanas, sí que hay una cantidad importante de catalanes que quieren un cambio de statu quo. Quizás no romper, pero sí buscar otro tipo de encaje.
Un 30% de la población que tuviese esa cuestión como su principal objetivo vital merecería ser escuchado.
Y si escuchar es que podamos expresar nuestra opinión libremente, yo quiero votar.
Quizás muchos se llevarían una sorpresa… ¿Os imagináis que Catalunya quiere seguir siendo España pero cambiando de organización estatal? ¿Estaría España obligada a escuchar a una de Sus Partes? ¿Qué debería votar un andaluz?¿Quieres que Catalunya siga siendo España? ¿Y si gana que no?
Votaré No a la independencia, pero quiero poder decir No.
Llevamos demasiado con esto del Procés dando vueltas. ¿por qué no lo zanjamos?
Supongo que para muchos soy un españolista y para muchos un catalanista. Así de absurda es la vida…
Lo que tenemos que aguantar…
Una gran i lliure nació.
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