Ya sabía que ibas a dejarte atrapar por un título tan evidente. Pero si lo que buscas es porno porno, lamento decirte que has caído en una trampa, porque de lo que voy a hablar es del porno pero desde una perspectiva totalmente diferente. No voy a hacer un juicio de valor ni estético, ni social, ni artístico, ni utilitarista. No voy a sacar cuestiones éticas o morales. No pretendo condenar ni redimir al porno de nada.
El porno está ahí.
Dejo de lado las parafilias extremadas. Para no distorsionar el argumento.
(Mami, no sigas leyendo…)
No te esperes un final feliz al estilo de un masaje en las chinas. Tampoco es un final amargo.
Son otros ojos para que, en adelante, mires el porno desde el espejo; mirándote a ti.
Aprenderás mucho…
Y no se trata sólo de lo que te gusten teenagers, milf’s, black, gay, twins, lesbians, shemales, blondes o morenitas.
Ni bondage, bukake o gangbands (que ya dice bastante, no te engañes).
Ni de vídeos cortos, series de fotos o fotos sueltas o películas enteras.
Se trata de cómo lo usas tú.
(Madre, hasta aquí!)
¿Cómo no iba a poner a una de mis chicas?
Voy a empezar muy hardcore, así que deja de leer si te puedes ofender con cosas demasiado personales o sentimentalmente escatológicas.
Te voy a explicar cómo me masturbo yo. Y debo decir que son escasas las veces que me masturbo; me arriesgaría a decir que siempre he tenido mis necesidades sexuales cubiertas, bien por parejas estables, bien por parejas esporádicas, bien por follamigas o bien por encuentros mágicos. Así que quizás mi caso no es el idóneo para extrapolar. pero me apostaría algo a que sí…
Yo necesito tener un buen rato por delante; una hora al menos, dos mejor. Si puede ser al atardecer mejor. Si es por la noche acabaré robando horas al sueño y me sentiré algo culpable.
Me pongo cómodo, desnudo, con la pantalla del ordenador cerca. Con el ratón también cerca. Me hago un súper-cañón. Una copa de vino. La botella cerca…
A mí me gusta un porno soft. Me gustan las suicidegirls. Chicas malotas, tatuadas, sucias, no espectaculares… El concepto the la vecinita. Y me gustan las series de fotos: empiezan vestidas en un escenario y se van desnudando poco a foco. Foto a foto… Las veo por series. Elijo una serie de una chica y la veo en pase diapositivas; tres segundo cada una y transición aleatoria con efectos.
Me gustan las fotos de alta calidad: sólo HD. Las veo a pantalla completa. Pantalla retina. Las miro. Me fijo en los detalles, en las pecas, en los pliegues… Sobre todo en sus tatuajes, en sus ojos, en sus pezones, en su pubis… Me las imagino completamente. Siento sus olores, su tacto, su color. Me monto una historia verosímil en ese escenario.
Me toco y siento cómo me toca. Siento sus ojos clavados en mí. Una foto tras otra.
Música adecuada. Incienso. Penumbra.
Me toco y noto cómo se infla. Cómo se infla de verdad. Me agarro fuerte la polla por la cabeza. Y se infla aún más.
Pero no toca todavía. Busco otra chica. Otra que me ponga más. Esta. Miro por encima. Me pone. Empiezo pero me da palo. No me pone del todo. No como la de antes. No como otra nueva. Creo que hay una… Busco y pruebo otras. Hasta que encuentro otra prometedora. Me acomodo de nuevo, pase de diapositivas, caladita y trago. Vuelvo. Me pongo. Me acaricio los pezones mientras me agarro con fuerza y subo y bajo la mano hasta que me duele en cualquier sentido. Estoy a punto de estallar…
Pero me paro. Busco otra. Y otra. Y otra. Hasta tener la polla a punto de reventar. Y rebusco entre las usadas con quién acabar. A veces la primera. A veces otra. A veces una nueva. La que creo que merece mi placer. Un placer que me viene en forma de espasmos, con sacudidas incontrolables en las piernas, perdiendo la respiración y el mundo durante un par de minutos, o más…
Siento como si me la hubiera follado de verdad. Mi polla ha estado atravesándola hasta reventar. He sido infiel de verdad.
Sí, pollas. ¿Qué coño esperabas? Estoy en medio de un argumento, déjame acabar…
Estoy en mi terraza; escribiendo mientras escucho a Amy Winehouse. Cae la noche lenta. Un agradable vientecillo acaricia las plantas.
Pues mi vida parece que corra paralela a cómo veo yo el porno.
Yo siempre consigo a la suicidegirl que más quiero. Con coincidencias mágicas. Todo parece conspirar para que seamos dos caballos desbocados corriendo el uno hacia el otro. La pasión salvaje. Los principios…
Pero luego, a pesar de tener ya lo que quiero, vuelvo a buscar. Busco en el pasado. Busco en mi entorno. Busco en el futuro. Y en todas partes hay nuevas oportunidades mágicas. Otras coincidencias que parece que estemos hechos el uno para el otro. Y me arriesgo a perder lo que ya tengo, algo que ya es mágico y maravilloso (aunque no lo parezca, soy extremadísimamente selectivo y mi listón intelectual y físico es muy alto). Y siempre las pierdo…
Soy yo, no fueron ellas.
Pero no lo tomes como si me auto-lacerara; que ellas tenían lo suyo!! Pero sí debo reconocer que lo que yo estiraba las relaciones era demasiado. Necesito mi espacio. Y ese espacio puede crecer mucho… Hasta hacer que mi pareja dude de si realmente quiero estar con ella. Y así, es difícil, o arriesgado, entregarse.
¿Y tú cómo te masturbas? ¿Hasta dónde llega tu infidelidad? ¿Qué tipo de pareja pueden esperar de ti?
¿Has entendido algo de lo que he dicho?
La verdad es que yo tampoco. Pero tenía que vomitarlo…
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