¿Ya has oído que vivimos en la Era de la Información? Eso de que la información es poder, que el futuro son las tecnologías de la información, que el 5G o el IoT (Internet de las cosas) transformará nuestras vidas…
Es cierto. Pero es cierto en muchos más aspectos de lo que pensamos.
La silenciosa transformación mental
Habrás oído eso del lenguaje performativo, que las palabras crean las estructuras mentales que procesan la información y definen la realidad.
Bueno, pues piensa en lo que eres en el fondo: eres ADN, información, unos y ceros. Eres un DNI y muchos identificadores internos. Eres estadísticas y datos bancarios. Eres un rastro en el GoogleMaps y una potencial consumidora de muchos productos y servicios. Eres unos resultados, muchos formularios, Visitas a webs, aperturas de emails. ¿Seguimos? Son tus contactos en Whatsapp y tus fotos de Instagram. Lo que has buscado. Los likes. Lo que has dicho en conversaciones con el móvil apagado. ¿Seguimos? No hace falta. Lo que nos viene a decir esta forma de hablar es que todo es Información. Que todo es digitalizable, codificable y transformado en información almacenable, distribuible y maleable. Lo que no se puede digitalizar se desvanece, se orilla hacia lo cualitativo, lo subjetivo, lo oscuro, lo egoista.
Y así, con una cabecita estructurada para ser receptiva a estadísticas y gráficos, que concibe el mundo como un listado de tareas a cumplir con un orden y una jerarquía, sin la profundidad de análisis más allá del cálculo de efectividad rápido, somos arrojadas al mundo.
Piensa ahora en lo más grave de todo… Lo que no puede ser digitalizado (convertido en información) se desvanece. Lo que no es medible no tiene precio y, por tanto, vale nada.
La Historia ya no vale nada
¿Qué es la Historia? ¿Se puede meter en un algoritmo? ¿Es medible?
La Historia, en realidad, es el algoritmo más complejo que podemos imaginarnos. Es la foto instantánea de toda la Humanidad a lo largo del tiempo. Infinitos Inputs que crean los Outputs que son los siguientes Inputs del eterno devenir del tiempo. Del tiempo de la Humanidad, en este caso…
Todo eso ya no vale nada. No está codificado. Sólo puede ser interpretado. Y la interpretación, a partir de ahora, la harán las máquinas.
Ya puedes falsear la Historia creando vídeos casi-indetectables que muestren cosas que no han pasado. Y no me refiero a películas. Hablo de hacer un vídeo en el que aparezca Hitler cantando una nana a una bebé judía en una celebración en la Sinagoga de Praga. De inventarse cualquier cosa e inundar la red para que el hecho real quede ahogado o en dudas (piensa en las terraplanistas).
La Historia está a punto de desvanecerse.
Deja una respuesta