Como lo prometido es deuda (si me apetece, vamos) voy a regalaros un paseo por Internet para que no vaguéis perdidos en la oscuridad. Al menos por un rato…
Por supuesto, un viaje espacial requiere una banda sonora adecuada. Y qué mejor que Rachmaninov: The Isle of the Dead, Symphonic poem Op. 29.
En realidad no iba a poner a Rachmaninov. Me ha aparecido en la columna de sugerencias de Youtube cuando había seleccionado a Gustav Holst, The Planets, Op. 32. Cuando la escuchéis entenderéis cuán en deuda estamos con este precursor. Especialmente la banda sonora de Starwars.
Y ya de paso me vienen a la cabeza los pioneros de la música electrónica. Música clásica contemporánea explorando nuevos medios. Lo dejo en stand by. Primero despegamos…
Suelo empezar en milesdemillones, para ver cómo va mi sonda favorita, la New Horizons, que nos ha regalado una ventana a nuestro sistema solar maravillosa. Especialmente de Plutón, mientras se aleja hacia el cinturón de Kuiper a 54.000 Km/h, en silencio.
Para complementar un poco las fuentes, le echo un ojo también a Gizmodo, que a veces encuentra joyitas que podrían habernos pasado desapercibidas, como este maravilloso vídeo de las misiones Apollo o este otro de un repartidor espacial. Vedlos. También nos señalan la galería de Flickr con todas las fotos. No tengo palabras…
Y para cerrar ya, visito Xataca Ciencia, especialista en darnos vídeos geniales, como el de cómo se verían los planetas de nuestro sistema a distancia lunar (cuando es posible, si no, más lejos, of course).
Haría una visita a Saturno, mi favorito. Pero ya está bien del espacio por ahora. Veamos un observatorio mágico, que desde que me quitaron a Plutón como planeta siento que la ciencia tiene también sus lagunas…
En India y México ví observatorios astronómicos. O astrológicos, en realidad; no seré yo quien le reste méritos a las religiones en la evolución del saber humano. Pero como esos ya los he visto, voy a ver el Machu Picchu en Street View.
No me ha emocionado, no acabo de penetrar en la escena. Pero me da una buena idea de lo que encontrar.
Y como no me ha quedado buen sabor de boca, voy a echar un ojo a Google Museums, ahora Google Cultural Institute, donde podrás visitar virtualmente cientos de museos y galerías y proyectos de lo más variopinto… Piérdete allí. Podrás pasar horas y horas descubriendo… No te arrepentirás, créeme.
Pero todo lo bueno debe tener un límite, así que me dispongo a husmear un poco en otras cosas, pero no se me ocurre nada en especial.
Sí, me ha quedado en el teclado (por el tintero, que aquí no tendría sentido) lo de la música electrónica. Voy a ver qué nos dice la Wikipedia al respecto… De entrada lo ligada que está a la música clásica contemporánea (que me perdonen los puristas por usar esta definición). Empiezo con Oliver Messianen y Youtube me acaba dirigiendo hasta György Ligeti y su poema sinfónico para 100 metrónomos. A mí tampoco me gusta, pero hay que reconocer que esto sí que es innovación, y no lo que hacen las estrellas mediáticas de la música «moderna».
En realidad, fue el sintetizador el culpable de todo… Ya ves qué lejos de los kanis poligoneros o de los pastilleros ibicencos.
Me iré también de estos lares no sin antes alabar a Pendereki, capaz de obras como Threnody y de joyas como su Sinfonía nº3 . Ahí la dejo como despedida…
Me temo que el paseo ha tirado demasiado de vídeos y no era mi intención. Más bien pretendo descubriros sitios interesantes desde una perspectiva cultural y lectora. Pero qué quieres que te diga, los paseos son así: empiezas y nos sabes qué va a pasar…
Deja una respuesta